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Renacer en medio del dolor: la historia de un padre que donó los órganos de su hija fallecida

Conoce las historias de Ancizar Arredondo, Sandra Gómez y Mariana Duque, quienes nos cuentan su testimonio sobre cómo la donación y el trasplante de órganos les cambió la vida.

En el primer capítulo de ‘Renacer’, una serie documental de Canal Institucional que busca poner en discusión la donación de órganos y la importancia de hablar en vida sobre la muerte, conocimos los relatos de un padre que encontró consuelo al donar, una mujer que en su último deseo pidió ser donante, y una joven trasplantada.

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El Renacer de Ancizar Arredondo al donar los órganos de su hija fallecida

“En algún momento en una charla papá e hija me abrazó y me dijo: ‘papi, si un día tu corazón te falla, te entrego el mío’. Ese mismo día me dijo: ‘papi si algún día yo falto quiero que dones mis órganos’”.

A pesar de que en ese momento Ancizar Arredondo no se imaginó la importancia que tendría esa conversación, tiempo después este recuerdo, fue la motivación para tomar la decisión de donar los órganos de su joven hija Gabriela.

“Estaba aquí en la casa, un fuerte dolor de cabeza y se desmayó. Lo que nos dijo la doctora ese día fue: ‘la situación de Gabriela es muy crítica, sus órganos están sanos completamente, pero su cerebro no funciona, estamos esperanzados a su juventud’”.

En el caso de Gabriela y Ancizar, se cumplió el deseo que en vida ella manifestó, concediéndole con sus órganos una nueva vida y oportunidad tanto a quienes recibieron los trasplantes como a sus familias, que recuperaron a sus seres queridos.

No obstante, muchos no hablan del tema con las personas que los rodean, por falta de conocimiento, desinformación o temor, lo que dificulta el proceso de donación de órganos tras su fallecimiento.

En Colombia tenemos una tasa de donación de 5,2 donantes por millón de habitantes, es una tasa sumamente bajita. Te puedo hacer un comparativo: España es un país con 47 millones de habitantes Colombia tiene alrededor de 50, mientras que la tasa en Colombia está en 5 la tasa en España ya está en 50 donantes por millón de habitantes”, explicó la doctora Juliana Buitrago.

Donar no solo es un acto de amor a través del cual le damos una segunda oportunidad para vivir a alguien que lo necesita, sino que también es una forma de entender la muerte de un ser querido, y de sentir que a pesar de su partida una parte de él sigue entre nosotros.

La donación de órganos en la vivencia del duelo, en el manejo del duelo, ayuda muchísimo a las familias que han sido donantes, incluso existen estudios de esto, porque la familia siente que ese ser querido no se fue del todo”, explicó la doctora Sandra Gómez.

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Renacer: la decisión de donar los órganos a pesar del temor a la muerte

Una enfermedad puede llegar repentinamente, a veces sin anunciarse, modificando todos los planes, la cotidianidad y la vida de quienes nos rodean; esta fue una lección que aprendió hace tres años Sandra Gómez, después de afrontar una experiencia cercana a la muerte.

En el caso de Sandra la alarma que la llevó a visitar a un médico, fueron unas migrañas constantes, una señal de su cuerpo que le indicaba que algo no estaba bien en su salud.

“Consulté con un neurólogo clínico muy bueno acá en Risaralda. Él decidió hacerme un examen y ese examen reportó que tenía un aneurisma en la carótida interna”, detalló.

Sandra conocía los riesgos y las consecuencias de su diagnóstico, ya que ella trabaja enseñado a otros sobre la cultura de donación de órganos, por lo que en su trayectoria se ha encontrado con casos parecidos al suyo.

“Era muy complicado para mí, sobre todo que yo le tengo mucho miedo a la muerte, no por mí, sino por mi hijo, yo no lo quiero dejar solo, yo lo quiero acompañar, yo lo quiero ver crecer”.

Como en muchos casos, Sandra no había hablado de la muerte con su familia, pues pasaba por su mente un pensamiento común: “tú siempre piensas que sales de tu casa y vas a regresar a encontrarte con ellos”.

Para los seres humanos es complejo recordar que la vida esta llena de sorpresas y caminos desconocidos, que no tenemos nada asegurado, es por eso mismo, que la mejor decisión que podemos tomar es la de prepararnos y hablar en vida sobre la muerte.

“Cuando ya tenemos programadas la cirugía, yo hago una carta. En esa carta, digamos que le pongo a todos una función, realmente lo único que les pedía era que fueran felices si yo no llegaba a estar, y que le ayudaran al niño a poder ser una mejor persona”.

Sobre todo, una de las peticiones que le hizo a su esposo si fallecía, fue que donaran todos los órganos que estuviesen sanos y fuesen útiles para regalarle una nueva vida a alguien que lo necesitara.

“Por eso es que trabajo, por eso es que me trasnocho, me levanto temprano. Hago educación, hago de todo porque yo soy una fiel convencida de que donar órganos salvavidas”.

El Renacer de Mariana Duque tras un trasplante que mejoró su vida y autoestima 

Desde los 12 años Mariana Duque fue diagnosticada con escoliosis, una desviación de la columna vertebral, que en su caso era bastante notorio, lo cual afectaba su autoestima debido a los comentarios despectivos, que hacían las personas sobre su aspecto.

Sin perder la sonrisa que la caracterizó en todo momento mientras contaba su historia, Mariana destacó: “a mí me afectaba mucho, porque, pues que a ti te digan que eres un raro, que tienes un morro ahí en la espalda, pues yo sí me sentía mal”.

Un pensamiento de Mariana, y que ataca frecuentemente a muchas personas diagnosticadas con alguna enfermedad es ¿por qué a mí?, “¿por qué a mí si soy deportista, si soy buena persona, si soy estudiante”.

La pandemia le hizo llevar una vida de sedentarismo e inactividad, que le causaron fuertes dolores de espalda llevándola a un hospital de Medellín, donde la transfirieron a Bogotá para realizarle una operación, que finalmente le permitiría volver a realizar actividades que disfrutaba, como jugar bolos.

El procedimiento consistía en situar unas varillas a los lados perforando cada vertebra empleando unos tornillos, sin embargo, para que se consolidara era primordial aplicar un tejido de origen humano conocido como hueso esponjoso.

Mi vida mejoró en un 100% lo puedo decir”, principalmente, se disminuyeron los dolores que sentía antes de recibir el trasplante, por otro lado, le permitió mejorar la forma en qué se veía y se sentía sobre su cuerpo.

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