Mujer feliz después de Renacer tras un trasplante de corazón

A la espera de un nuevo latido: el Renacer de un trasplante de corazón


Foto: Unsplash

De la pérdida con el relato de una madre que perdió a una de sus hijas, al Renacer de un hombre y un bebe recién nacido que encontraron en un trasplante de corazón una nueva oportunidad de vida.

Contenido

Lo que era un momento de diversión en familia, se convirtió en el peor día de la vida de Yesenia Ospina quien, durante un paseo con su esposo, su hermana y sus bebés, tuvo un accidente en carro que le arrebató la vida a una de sus hijas.

“Al principio era como que esto es lo peor que me pasó, esto le pasa solo a la gente mala”. Hasta que después de un tiempo cambió su perspectiva y comprendió que la misión de su hija “fue llegar acá, salvar al niño que tenía que salvar y se tenía que ir”, señaló Yesenia.

En medio del accidente, su hija María Ángel recibió un golpe con el asiento del conductor en su cabeza, causándole un paro cardiorrespiratorio, que se refiere a la pérdida de conocimiento, de la respiración y de la función cardiaca, que en ese instante le ocasionó muerte cerebral.

Aunque anhelaban que su hija despertara el pronóstico no era bueno, por más que la niña luchara por sobrevivir nunca volvería a ser la misma. En ese momento, surgió la posibilidad de donar su corazón, el cual, le ofrecería a alguien más, nuevos latidos que le regalarían otra oportunidad de vivir.

“En mi caso no todos estaban de acuerdo, pero no tanto por la donación en sí, sino por pensar que nos estábamos dando por vencidos sin luchar”, precisó Yesenia.

Sin embargo, no había tiempo para dudar, su respuesta, a pesar de no estar preparada, debía ser rápida, dado que con el paso de los minutos el órgano comienza a deteriorarse.

“Alguien nos contactó ese mismo día y nos explicó todo el proceso (para ser donador de órganos) los exámenes que había que hacer, porque no es tan fácil, tiene que cumplir con ciertas condiciones, tener un peso, un tipo de sangre indicado”, destacó Yesenia.

De esta forma Yesenia donó el corazón de su hija, convencida de que “aunque la muerte nos quita una parte de nosotros”, es posible hacer que esa muerte trascienda, regalándole a otra persona “salud, calidad de tiempo con su familia, y la posibilidad de tener un solo día más en el mundo”.

Te interesa: el Renacer después de un trasplante de hígado

Cuando cada segundo cuenta: el testimonio de Julián Arredondo y su espera por un trasplante de corazón

Julián David Arredondo era un hombre muy saludable y activo, que no tuvo mayores complicaciones de salud hasta el día en que una gripa, que duró más de lo normal, fue el indicio de que un órgano de su cuerpo no se encontraba bien.

Dificultad respiratoria y agitación eran los principales síntomas que acompañaban su enfermedad, que tras unos exámenes, evidenciarían que Julián padecía una “cardiomiopatía dilatada”, la cual afecta el músculo cardiaco al punto de impedir el bombeo de sangre a través del cuerpo.

El diagnóstico implicaría un cambio en la cotidianidad de Julián, quien pasó de ser una persona activa y trabajadora, a verse obligado a mantenerse sentado o acostado, el solo hecho de caminar una cuadra representaba para Julián todo un desafío, pues se mareaba, algo que no solo afectaba su salud, sino también su estado de ánimo.

Cada día su salud se veía más afectada por la enfermedad, por eso, la decisión de los médicos era que tenían que apuntarlo en la lista de espera, para buscar un donante de corazón y realizarle un trasplante.

“Los últimos días ya el corazón no recibía el medicamento que me estaban colocando, entonces el médico le dijo a mi esposa que ya no daban un peso por mí, que ya estaba muy mal, si no salía el donante rápido, no había que contar”, destacó Julián.

Otro factor que lo perjudicaba, era la situación económica que atravesaban a causa de los costos que acarreaba su enfermedad, “aunque gracias a Dios tuve mucho acompañamiento y colaboración de la familia, todos aportaban un granito de arena por mí. Eso me motivaba bastante”.

Mientras estaba hospitalizado su rutina comenzaba a las 4 de la mañana para darle medicamentos y colocarle unas inyecciones, hasta que un día una doctora entró a su habitación con una gran sonrisa, que era el preludio de una noticia que cambiaría su vida, había un corazón para realizar su trasplante.

Cuando llegó finalmente el momento de su cirugía de trasplante, en lo que menos pensaba era en los riesgos de la operación, en realidad, “yo no entré con miedo, no me asusté para nada, al contrario, con toda la energía muy contento le daba gracias a Dios”.

“La familia se despide al entrar al quirófano de trasplante, ellos saben que esa persona o sale para vivir o no sale”, es en ese instante cuando los seres queridos se despiden teniendo en mente la posibilidad de no volverlo a ver, “imagínate la alegría cuando el cirujano sale después de seis u ocho horas y les dice sobrevivió al trasplante”, resaltó la doctora Lorena Jiménez.

El trasplante de Julián se desarrolló de manera completamente satisfactoria, tanto que desde su punto de vista “ese era mi corazón, ese era el mío”.

Lee también: La magia de la compatibilidad en ‘Renacer’: historias de trasplantes de médula ósea

La batalla por la vida y el anhelo por un milagro: la historia de Claudia Mazo y su hijo Emmanuel

A los 40 días de nacido, después de un embarazo muy tranquilo y sin mayor complicación, Emmanuel, el hijo de Claudia Mazo, se enfermó de gravedad, a pesar de que los médicos realizaron múltiples tratamientos ninguno daba el resultado esperado, por lo que, lo desahuciaron.

“Lo único que ayudaría a Emanuel en estos momentos, sería un trasplante de corazón, y sería casi que imposible por no decir imposible del todo, porque nunca hemos trasplantado un bebé tan pequeño y nunca hay un donante tan pequeño, entonces mamá entrégueselo a Dios, ya no hay nada más que hacer por él”, fue el diagnóstico final que le dieron los médicos a Claudia.

No obstante, la llegada de un nuevo día trajo para Claudia y su familia una buena noticia cargada de esperanza, su hijo recibiría un trasplante, ahora la decisión de recibir la donación estaba en sus manos.

Sin dudar aceptaron, “mi esposo y yo dijimos: sí Emanuel se ha de morir sin hacer nada por él, que muera en las manos de los médicos haciendo algo por él. De una, ¿en dónde firmamos? Queremos el trasplante”.

Tras el resultado positivo de su cirugía, Emmanuel se convirtió en la persona más joven en ser trasplantada de corazón en Colombia, un caso de éxito que aún es recordado en el país y que le dio vida a quien, en la actualidad, es un joven que puede disfrutar de una adolescencia feliz y normal.

Te interesa: ¿Por qué es importante y necesaria la donación de órganos?

El día después del trasplante y el inicio de una nueva oportunidad

Quienes pasan por estos diagnósticos no solo deben afrontar a diario las dificultades físicas que vienen con la enfermedad, también viven con una gran cantidad de emociones y de pensamientos sobre qué les depara el futuro y si tendrán una nueva oportunidad.

“Digamos que la mayoría de los pacientes que yo he conocido en lista de espera para trasplante del corazón, están en el fin de su vida, porque la persona no tiene otra oportunidad, o sea, si a ti te tienen que trasplantar el corazón es porque tú vas a morir, tienes una enfermedad terminal”, precisó la doctora Lorena Jiménez.

De ahí el valor del antes y después de un trasplante de órgano, “cuando tenemos la fortuna de que nos vaya bien, es uno ver dos situaciones: personas que estaban literalmente al borde de la muerte” para después de la cirugía “ver cómo empiezan a desarrollar todo su modelo de vida”, destacó el doctor Ricardo Fernández.

Por otro lado, aunque hablar y entender la muerte nunca será fácil, la donación de órganos representa una oportunidad de “que alguien pueda vivir a través de tu obra. Para mí el hecho de que María Ángel le dio vida a otro ser humano, me hace pensar que no fue en vano todo lo que sufrí”, mencionó Yesenia Ospina, quien donó el corazón de su hija fallecida.

REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL