Los pilotos que sobreviven a la pandemia haciendo domicilios
En Bogotá, 'Señal de la Mañana' encontró la historia de un grupo de pilotos que mientras esperan recuperar su trabajo se dedican a sobrevivir haciendo domicilios.
Colombianos que perdieron sus trabajos en medio de la emergencia sanitaria mundial, decidieron que no se dejarían derrumbar por la crisis y que, al contrario, buscarían la manera de salir adelante.
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Son las 11 de la mañana y Daniel Gallo acaba de dejar una torta en Cedritos, norte de Bogotá. Ahora este capitán de avión, tiene que volar a toda prisa a la 72 con caracas para hacer su segunda entrega.
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"Tengo un carro, estoy disponible para hacer envíos porque sé que mucha gente lo necesita, publiqué en redes sociales, puse que estaba disponible para los envíos que ellos necesitaran", cuenta.
Daniel Gallo cuatro meses atrás no se imaginó que, de ser el capitán en una cabina de avión, volando de un país a otro, dejaría de recorrer millas, para empezar a transitar kilómetros: transportando tortas, flores, helados y otros domicilios que le encargan pequeñas empresas.
"En este momento los pilotos estamos cesantes por toda la situación que está sucediendo (...) si nosotros no volamos aviones, pues en verdad el piloto no tiene otro campo de acción".
Gallo recuerda su último vuelo con nostalgia, "fue la ruta San Andrés – Bogotá, digamos que dejamos un momento de lado pensar en la pandemia (...) pero una vez apagamos el avión y ya estábamos en el desabordaje si me entró un sentimiento de ¿será que esta va a ser mi última vez?".
Y así últimamente la palabra reinvención empiece a ser rechazada por muchos, realmente Daniel es un claro ejemplo de este concepto.
"Fue muy angustioso, porque es un tema que a todo el mundo lo cogió fuera de base y era tan impredecible que las mismas compañías no sabían qué esperar".
Ahora, ya no transporta decenas de pasajeros en su modelo de avión, sino tortas en su camioneta, y ha logrado no solo llevar un sustento a su familia, sino también generar empleo a otros pilotos.
Empezaron dos pilotos, y ahora son 23. Según ellos, estiman que durante la pandemia han entregado 3.000 domicilios.
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Andrés Zambrano amigo de Danil y colega desde hace seis años cuenta que "queríamos ofrecer un servicio, que no era tan grande como entregar tortas en un camión, pero es delicado para llevarlo en una bici".
A Andrés, capitán de vuelo, lo inspira un motor que lo hace despegar más fuerte que el mismo avión: En octubre un nuevo tripulante llegará a la familia Zambrano.
"María Antonia que la estamos esperando, mi esposa tiene seis meses de gestación, ese es el motor que me levanta todas las mañanas, me hace madrugar, coger el carro y hacer entregas".
Cuando la pandemia aterrizó en Colombia, al piloto Daniel Gallo se le despegó una idea: "A la gente creo que le impactó el tema de que yo fuera piloto y pues que me esté poniendo a hacer esto. Yo siempre he considerado que el trabajo no es deshonra y qué cómo una persona se va a bajar al nivel que no es el de uno, cosa con la que no estoy de acuerdo".
"'Quién sabe cuándo voy a volverte a ver', yo le hablo al avión, recuerdo que lo consentía y le decía: espero que no sea mi último vuelo y espero volverte a ver muy pronto", finaliza Gallo.
REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL