Colombia, un país que siempre ha estado buscando la paz


En el Día Internacional de la Paz, hacemos un repaso histórico por los acuerdos y momentos en los que en nuestro país se ha buscado una resolución pacífica al conflicto armado.

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En el Día Internacional de la Paz, una fecha promulgada por la ONU, con el fin de fortalecer los ideas de paz y llamar al alto al fuego, recordamos como en Colombia, uno de los países más afectados por un prolongado conflicto armado, que ha dejado miles de muertos, damnificados y afectados, ha buscando incansablemente silenciar las armas y construir una sociedad que viva en tranquilidad.

Desde los años 80, la mayoría de los gobiernos que han sido elegidos, han desarrollado agendas de negociación con grupos armados y al margen de la ley, para buscar una salida hablada y llegar a los acuerdos que permitan el cese al fuego definitivo, para beneficio, principalmente, de la población civil.

Durante el Gobierno del presidente Gustavo Petro se han pactado varios acuerdos, se han instalado mesas de diálogo y se han logrado avances con grupos armados al margen de la ley, como el ELN, en el marco de una de las políticas y objetivos eje de la administración: la paz total.

Con el ELN se logró llegar a un punto de cese al fuego, mientras que se avanza en nuevas fases de diálogo. Por otro lado, también se dan acercamientos con el Estado Mayor de las Disidencias de las FARC, para comenzar oficialmente negociaciones.

Con estos nuevos intentos de buscar la paz, repasemos algunos procesos de la historia reciente de Colombia.

La Uribe - Meta: primer intento con las FARC

Con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (hoy extintas como guerrilla), se empezó a formar el primer acuerdo de paz en 1982, cuando el expresidente Belisario Betancourt llegó a la presidencia. Aquel se comprometió a establecer un plan de paz con este grupo, por lo que primero anunció una amnistía, que permitiera a esa guerrilla empezar su desmovilización.

De acuerdo a la Fundación de Paz y Reconciliación, a los dos años se llegó a un primer pacto de cese al fuego, que dio espacio al Estado para fortalecerse y pensar en la forma de garantizar al grupo armado su participación en política. Otros grupos al margen de la ley, como el M19 y el EPL también empezaron diálogos con el gobierno, que se rompieron muy pronto.

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Este tiempo permitió a las FARC conformarse como partido político, con el surgimiento de la Unión Patriótica. Pero este sufrió un exterminio sistemático, por parte de grupos radicalizados de ultra derecha (paramilitares) y aliados, que impidieron la actividad política a la UP. Esto, sumado a la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 (hecho que agudizó las críticas a salidas negociadas con grupos que cometieran terrorismo), sentaron las bases del fin de esos acuerdos.

El grupo guerrillero, al no tener garantías de actividad política, retomó actividades delictivas e incumplió pactos con el gobierno Betancourt, que a su vez también había incurrido en incumplimientos. Hasta ahí llegó el primer intento con las extintas FARC, que salieron radicalizadas de este periodo de tiempo.

La Paz con el M-19 y la Constitución Política de 1991

Luego de la toma y retoma del Palacio de Justicia, parecía imposible llegar a un acuerdo con el 'Movimiento 19 de abril'. Estos querían una transformación del sistema político y buscaron, a través de su lucha, abrir espacios de participación. Por eso, con distintos golpes, presionaron al gobierno de Virgilio Barco para que empezara los diálogos que llevaran al fin de la lucha guerrillera del 'eme'.

Esta estrategia para acercarse al gobierno dio frutos: se empezó a pensar en la paz, con la premisa de que el M-19 hiciera política, a cambio de dejar las armas, como recordaba en una entrevista para la BBC uno de los ahora políticos, que hizo parte del grupo guerrillero: el ex gobernador Antonio Navarro Wolff.

Con puntos cargados hacia lo político, se abrió la posibilidad de una Asamblea Nacional Constituyente, gracias al indulto al grupo, y posteriormente la posibilidad de su participación en la construcción y promulgación de la Constitución Política de 1991.

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Este proceso se considera exitoso en la medida que, los antes guerrilleros, pudieron reincorporarse a la vida civil y política. Muchos ejercen en cargos públicos hoy en día, como es el caso del presidente Gustavo Petro, quien hizo parte de esa organización.

San Vicente del Caguan: el triste final de un proceso ambicioso con las FARC

No fue el segundo intento de lograr que las FARC dejaran las armas, (hubo acercamientos previos antes de 1998), pero si el más ambicioso, después del intento de Belisario Betancourt. Andrés Pastrana, como presidente, siempre pensó en adelantar el proceso de paz con la guerrilla, por lo que, como parte del proceso, empezó a desmilitarizar varias zonas del país, entre ellas una muy extensa: San Vicente del Caguán, escenario de los que serían los diálogos con el grupo insurgente (zona de despeje)

Varios actores acompañaron ampliamente este proceso, como: garantes internacionales, ONG, gobiernos extranjeros y tuvo una gran atención de la sociedad civil y política, que siguió y analizó el proceso con atención. Los diálogos siempre tuvieron un ambiente de tensión, debido a las acciones violentas de las FARC, que amenazaban con fuerza el desarrollo de los diálogos.

En la zona de despeje, el grupo al margen de la ley aprovecha para fortalecerse y tomar control de la zona, lo que fue denunciado ampliamente por militares y una buena parte de la sociedad. Además, no se les vio comprometidos con el proceso, lo que se demostró con el famoso episodio de 'la silla vacía' (inasistencia de parte de 'Manuel Marulanda' a la ceremonia de instalación de la mesa de negociación'.

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Después de muchas crisis, congelaciones, interrupciones, poca voluntad de ambas partes de ceder a las pretenciones del otro, secuestros, oleada de violencia por parte de paramilitares y otro tanto de problemas, la mesa de diálogo la levantó Pastrana, luego del secuestro de un avión en el 2002, en donde viajaba el congresista Jorge Eduardo Gechem. Infortunadamente, esto provocó el recrudecimiento de la violencia en esa turbulenta época en la historia del país.

Proceso de paz de La Habana: el fin de las FARC, plebiscito y el Nobel de Paz

Luego de una era de combatir militarmente a esta guerrilla, durante 10 años, en el 2012 el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos confirmó nuevos acercamientos con las FARC, al igual que el jefe del grupo de ese entonces, Timoleón Jiménez. Con la experiencia del Caguán, empezaron las conversaciones y se concertaron mesas de diálogo en Oslo (Noruega) y en La Habana, Cuba.

El gobierno Santos designó a varios miembros negociadores, que tenían como objetivo trazar puntos, en conjunto con los representantes de las FARC, que asistían a la mesa de la capital cubana. Allí, se lograron redactar seis puntos, en un proceso que tardó cuatro años, en medio de diversas opiniones de sectores políticos y sociales, quienes en su mayoría, apoyaban el intento de paz.

En 2016, con el texto en la mano, el presidente suscribió el acuerdo en una ceremonia simbólica y quedó a la espera de la refrendación del texto, en un plebiscito que se llevó a cabo de acuerdo a la ley estatutaria, que determinaría si el pueblo estaba de acuerdo o no, lo acordado con las FARC.

Consulta este especial sobre la Toma y Retoma del Palacio de Justicia

En una decisión sorpresiva, el 'No' ganó por un estrecho margen. Ante este hecho desconcertante, gobierno y FARC tuvieron que revisar los acuerdos, tomando recomendaciones de la oposición, para volver a presentar y refrendar un nuevo texto, en otra ceremonia, esta vez en el Teatro Colón de Bogotá.

Este proceso originó varias consecuencias, como el galardón del Nobel de Paz al expresidente Santos, por sus esfuerzos de paz, el regreso de las FARC a la vida política y social (y la extinción del grupo guerrillero como tal) y un amplio proceso de implementación de los acuerdos, que se tratan de mantener hasta hoy en día, entre otros aspectos.

Intentos de paz con otros grupos al margen de la ley

Una de las banderas del gobierno del presidente Gustavo Petro es la búsqueda de una 'paz total', con acercamientos y diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, grupos criminales como el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC.

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Con los primeros días de mandato, se pone en la mesa un nuevo intento de conseguir la paz para Colombia, que se suma a los antes mencionados y a otros esfuerzos de conseguir un punto en común con grupos armados y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.

Durante nuestra historia reciente, además de 'La Uribe', la paz con el M-19, el Caguán y La Habana, se han adelantado otros intentos por parte del gobierno y grupos guerrilleros y delincuenciales. Estos son algunos destacados, de acuerdo a 'Pares' (Fundación Paz y Reconciliación

  • Diálogos con el EPL, Quintín Lame y el PRT, que se dieron tras la Asamblea Nal. Comnstituyente y el acuerdo con el M-19
  • Proceso de paz con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en 1991 - 1992, con participación de EPL, FARC y ELN 
  • Acercamientos del gobierno de Ernesto Samper con el ELN en 1997, en una jornada en el Palacio de Viana, España
  • Intento de diálogos por parte del gobierno de Álvaro Uribe con el ELN en 2006.
  • Proceso de desmovilización de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia en la era Uribe y la creación de la ley de justicia y paz,

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